Despachos desde territorio amigo #19: Murió Ozzy, pero recordamos a Charles Bradley
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Para partir, antes que se me olvide, quería felicitar a Eugenio, flamante ganador del libro Canción, Llévame Lejos de Mauro Libertella, que sorteamos la semana pasada gracias a los amigos de Libros del Laurel.El libro es excelente, y lo puedes encontrar en casi todas las librerías decentes.
Además del libro, aprovechamos de regalar stickers entre varios de los suscritos a este newsletter 🥳
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Te quería contar de Derek Thomson, que viene de escribir un libro sobre la abundancia —best seller del New York Times- y con el vuelto escribe un interesante artículo sobre la muerte de las fiestas en Nueva York. Según Thomson, los neoyorquinos dejaron de juntarse a bailar. Según la cuesta de Uso del Tiempo Libre del 2023, solo el 4,1% de los estadounidenses fueron u organizaron una fiesta un fin de semana. A mi edad, querido lector, yo no sé cuál es la actual definición de fiesta, pero perdí la cuenta de la cantidad de veces que inventé un compromiso para poder flojear en lugar de contornearse a oscuras un viernes por la noche.
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¿Es Spotify el problema?
O al menos eso es lo que se pregunta nuestro Danny Arce en un breve ensayo a propósito de la rebelión comandada por Deerhoof (ahora que lo escribo, yo me alistaría al segundo en una revolución organizada por Deerhoof), Xiu Xiu y King Gizzard and The Lizard Wizard.
Pero Spotify se convirtió en mucho más que una plataforma: hoy es la lengua franca para escuchar y compartir música digital. Tal como pasa con WhatsApp para comunicarse hay una dependencia más que funcional con Spotify. No solo asumimos que todo el mundo tiene una cuenta ahí (¿Por qué no?), ni tampoco es solo tu biblioteca musical digital, sino que son también años de playlists, recuerdos e historias personales. Ah, y mientras esto pasa, se suben casi cien mil canciones diarias a las plataformas (¿Cuántas de esas hechas con inteligencia artificial?). Pregunta sincera, ¿realmente necesitamos acceso a todas esas canciones?
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Tengo una adoración por ANOHNI. Le compro casi todo lo que inventa y ando olisqueando casi todo en lo que está involucrada. Acaba de publicar un hermosísimo Tiny Desk -ya, si sé que el formato está a minutos de chacrearse- con un grupo de canciones que recomiendo mirar antes de volver a ponerle play a sus discos. ¿Mi favorito de todos? I am a bird now.
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Claro, se murió Ozzy Osbourne. No soy precisamente un fan, pero Changes de Black Sabbath es una gran canción. Como todas las grandes canciones, resisten múltiples versiones. Una de las mejores, o de las más emotivas, es la del querido Charles Bradley (1948-2017)
Mírate el video y luego me cuentas si es mejor alguna versión de Ozzy.
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–Claudio